Érase una vez un blog...

Todo el tiempo hay algo en mi cabeza.

La gente que me conoce sabe de que hablo... ¡Y cuánto hablo! Constantemente estoy pensado, dando vueltas a uno o muchos pensamientos. Y cuando quiero (y puedo) decir algo, lo digo mucho, directo y a veces bastante redundante. Pero me pasa que me canso de tanto decir y pensar, y en ocasiones cuando esto ocurre y callo mi voz exterior, me doy cuenta que la interior sigue hablando.

Me encanta que me escuchen, pero me doy cuenta que muchas veces no escucho y es porque tooodas esas voces que traigo (dentro y fuera) no me dejan oir lo demás. No me dejan oir a las personas, la naturaleza y mi propia creatividad. Por no mencionar que no me dejan oir a Dios tampoco... Él, que me quiere decir tantas cosas.

Entre todo lo que me ha llevado esto de mi 'crisis existencial de la ya casi que me llega mediana edad' se encuentra el aprender a meditar para oirme menos a mí misma (que luego me digo cada barbaridad!) y oir lo que el exterior me tiene que decir. Empecé esta semana y ¡me ha sorprendido!

En primer lugar la neta no pensé que pudiera con eso de quedarme callada y oir mi respiración y todo el rollo que conlleva. Pero para mi sorpresa pude, aunque sea 10 minutos, que 10 min en mis estándares comunicativos son un chingo! Y he descubierto que al terminar estoy muy tranquila y hasta feliz! así, nada más porque si. Ya con eso estoy súper bien servida.

Nunca he sido una persona rezadora, aunque sí de hablar con Dios. Pero con esto de la meditación (que supongo que varios que conozco dirán que son jaladas) siento que estoy más abierta a escuchar todo lo que Dios tiene para mi. Y si había estado muy desconectada del plano espiritual, así que este es otro modo de contactarlo. Diferente a lo que tradicionalmente me habían enseñado, pero pos total ahorita como estoy en mi fase de exploración, aplica. Finalmente creo que Dios ha esperado que ya le preste tantita atención, aunque sea recitando mantras y sentándome en flor de loto.

De paso espero que me ayude a lo de la creatividad, para poder expresar de otras formas lo que estoy tan habituada a decir con palabras.

Ya les contaré como me sigue llendo en el viaje...